El gran apocalipsis vegetal: cómo las frutas y verduras conquistaron el mundo de Gabriel Varaljay ENVIENTA Open Source Todo mayo, 2023

Zanahorias, col rizada y consecuencias globales

Imagine un mundo donde el aroma del tocino chisporroteante ha sido reemplazado por el reconfortante aroma de las verduras asadas, y la jugosa hamburguesa ha sido destronada por un delicioso hongo portobello. Este ensayo cómico explora las posibles consecuencias económicas, geopolíticas, políticas y de salud mundial de un futuro en el que todos en la Tierra solo consuman frutas y verduras. ¡Así que abróchate el cinturón y prepárate para embarcarte en un delicioso viaje a través de una hipotética utopía basada en plantas!

Indicación a mitad de camino: un mundo mágico donde todo está hecho de vegetales. Los árboles están hechos de brócoli y coliflor, los arbustos están hechos de lechuga y col rizada, y las flores están hechas de zanahorias y pimientos. El suelo está cubierto con una alfombra de espinacas y rúcula, y los arroyos y lagos están llenos de agua clara y fresca que sabe a pepino y apio. — q 2 — v 5.1

Efectos económicos: un mercado de valores que se volvió loco

El cambio global hacia una dieta basada en frutas y verduras sin duda enviaría ondas de choque a toda la economía. De repente, las industrias cárnica y láctea, que alguna vez tuvieron altos vuelos, se enfrentaron a un dilema del tamaño de una vaca, lidiando con el impacto financiero de una base de consumidores cada vez más reducida. En la publicación “The Cash Cow Chronicles” de Harriet Turnip, se estima que la industria ganadera mundial podría sufrir pérdidas de más de £500 mil millones en los primeros cinco años de esta revolución vegetariana.

Por otro lado, las industrias de frutas y verduras serían catapultadas a alturas sin precedentes, con una demanda que superaría a la oferta. En particular, el humilde aguacate reinaría supremo, convirtiéndose en la moneda no oficial de este mundo más verde. Como resultado, las fortunas de los países ricos en tierra cultivable florecerían, ya que las lucrativas exportaciones de cultivos crearían una era de opulencia agrícola. Los economistas predicen que, en este mundo al revés, el NASDAQ y el FTSE 100 serían reemplazados por el VEGX, un índice bursátil que rastrea únicamente el desempeño de las empresas basadas en plantas.

Efectos geopolíticos: el surgimiento de los superpoderes vegetarianos

A medida que la economía global se remodela en torno a las industrias de frutas y verduras, el panorama geopolítico experimentará una transformación igualmente radical. Los países con vastas extensiones de tierras fértiles, como Brasil, Ucrania e India, emergerían como las nuevas superpotencias vegetarianas. Estos países ejercerían una influencia considerable sobre el resto del mundo, ya que suministran los productos básicos esenciales que alimentan esta sociedad basada en plantas.

La publicación “Kale Diplomacy” de Peter Parsnip describe con humor el potencial del espionaje relacionado con las verduras a medida que los países luchan por el dominio en la esfera agrícola mundial. Las naciones se involucrarían en el intercambio secreto de semillas y el compostaje clandestino, todo para asegurar su lugar en la cima de la jerarquía vegetal.

Efectos políticos: los grandes debates vegetarianos

Políticamente, la transición a una sociedad basada en frutas y verduras provocaría apasionados debates en las cámaras legislativas de todo el mundo. Por ejemplo, en el Parlamento Británico, la Cámara de los Comunes estaría dividida a lo largo de la gran división de frutas y verduras. Uno solo puede imaginar las escenas ruidosas mientras los parlamentarios discuten apasionadamente sobre los méritos de las coles de Bruselas frente a las chirivías y la pronunciación adecuada de “tomate”.

Además, los partidos políticos se verían obligados a adaptar sus plataformas en un mundo donde todos consumen frutas y verduras. Las distinciones tradicionales entre izquierda y derecha darían paso a nuevas alineaciones basadas en productos preferidos. Como resultado, los Supremacistas de la Espinaca y la Brigada de Remolacha se convertirían en los actores clave en el panorama político, con cada partido compitiendo por el codiciado título de “elección del pueblo”.

En esta nueva y divertida era política, las campañas electorales se centrarían en las políticas agrícolas y en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. Los candidatos no serían juzgados por sus habilidades de debate, sino por su habilidad para cultivar los tomates más jugosos y los pepinos más deliciosos.

Efectos sobre la salud mundial: una cornucopia de bienestar

Una dieta mundial que consista únicamente en frutas y verduras presagiaría una nueva era de salud y bienestar para la población mundial. La publicación “Guisantes, amor y longevidad” del Dr. Aubergine describe los innumerables beneficios para la salud asociados con una dieta basada en plantas, incluidas tasas más bajas de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.

A medida que las cinturas del mundo se reducen y los niveles de energía se disparan, los sistemas de atención médica de todo el mundo verán una disminución drástica en la demanda de servicios médicos. Los hospitales, que alguna vez fueron bulliciosos centros de actividad, se transformarían en serenos santuarios donde los pacientes vienen a relajarse y recuperarse en medio de exuberantes y tranquilos jardines.

Las compañías farmacéuticas, que se encuentran cada vez más redundantes en este nuevo mundo saludable, se centrarían en el desarrollo de suplementos a base de frutas y verduras. Los batidos de col rizada con infusión de vitaminas y los elixires de bayas ricos en antioxidantes se convertirían en la nueva panacea para todas las dolencias, dando lugar a una floreciente industria del bienestar.

Un mundo más verde y limpio

Como efecto secundario inesperado pero bienvenido, el cambio hacia una dieta basada en frutas y verduras también tendría profundas implicaciones para el medio ambiente. Según la publicación “The Great Green Leap” de Ivy Ivyson, la reducción de la ganadería disminuiría significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación y la contaminación del agua.

Con la salud del planeta ahora indisolublemente unida a la salud de sus habitantes humanos, una nueva apreciación por el medio ambiente echaría raíces en las sociedades de todo el mundo. Los ciudadanos se volverían más conscientes todos los días, adoptarían prácticas ecológicas y abogarían por protecciones ambientales más fuertes.

El futuro afrutado espera

En esta exploración caprichosa de un mundo donde las frutas y verduras reinan, hemos profundizado en las posibles consecuencias económicas, geopolíticas, políticas y de salud mundial de tal cambio. Si bien algunos de estos escenarios pueden parecer exagerados o cómicos, nos recuerdan la interconexión de nuestra sociedad global y el poder de nuestras elecciones dietéticas colectivas.

A medida que volvemos a la realidad, podemos inspirarnos en esta utopía vegetal y esforzarnos por incorporar más frutas y verduras en nuestras dietas, contribuyendo en última instancia a un mundo más saludable, más feliz y más sostenible para todos.