Traducido del español. Lee el artículo original aquí.
Existe un consenso universal sobre la importancia del acceso a Internet como un requisito para el desarrollo humano. Sin conectividad, dicen los expertos, las personas y los países enfrentan enormes barreras para participar en las redes económicas y sociales que definen a las comunidades de nuestro tiempo. Esta desigualdad entre quienes tienen acceso y quienes no la tienen se conoce como la brecha digital.
Cuando nació el concepto de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), era bien sabido que había un retraso significativo en la adopción de tecnología en ciertas masas sociales, colectivos y países, pero se creía erróneamente que esto se superaría con el paso del tiempo. de tiempo gracias al hecho de que las computadoras serían producidas en masa y las conexiones a Internet se reducirían significativamente en el precio. Sin embargo, hoy sabemos que estas desigualdades persisten y, lo que es peor, se están expandiendo incontrolablemente.
Para la Internet Society, una organización no gubernamental sin fines de lucro, la brecha digital no solo implica una disparidad entre las sociedades cuando se conecta a Internet, sino también en las oportunidades económicas y el progreso. Lo más decepcionante es que las tecnologías emergentes como Internet of Things (IoT) y Artificial Intelligence (AI), muy útiles en el mundo desarrollado, ampliarán aún más la brecha entre los que están conectados y los que no.
Algunos datos a tener en cuenta.
Para que podamos tener una idea de la importancia de lo que estamos hablando en este texto, debemos enfocarnos en los datos que la realidad mundial, a menudo desgarradora, nos brinda. El informe más reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) dice que a fines de 2018, solo 3.900 millones de personas, o el 51.2% de la población mundial, utilizaba Internet de una forma u otra.
Con el deseo de ser positivo, este número de personas conectadas, especialmente cuando se compara con estadísticas anteriores, puede incluso sonar alentador. Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta cifra proviene principalmente de países desarrollados donde cuatro de cada cinco personas tienen acceso a algún tipo de conectividad. A la inversa, en los países no desarrollados hubo un estancamiento en la reducción de la brecha digital. A diferencia de años anteriores, la distancia entre países desarrollados y no desarrollados aumentó hasta un punto definido como "abismal" en el Índice de conectividad global 2017.
Las grandes economías desarrolladas digitalmente continúan avanzando tecnológicamente gracias a las enormes inversiones y, sobre todo, a la mayor adopción de tecnologías de información y comunicación por parte de sus habitantes. En contraste, las economías en desarrollo, a pesar de mostrar cierta aceleración, todavía están atrasadas.
Democratizando el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación.
Charla TEDx por Jim Sevier
La inclusión digital, o la expansión de la conectividad y la adopción de Internet en sociedades menos afortunadas, es contraria a la brecha digital y se ha convertido en una de las prioridades de los gobiernos, algunas organizaciones no gubernamentales, proyectos privados (como RightMesh), y Activistas en general.
Pero, ¿cómo podemos transformar la brecha digital en inclusión digital? En teoría, hay cinco objetivos básicos, cada uno de los cuales exploramos en este artículo:
Mejore la infraestructura. Haga que Internet sea más asequible. Capacite a quienes se han quedado atrás. Genere contenido relevante. Cierre la brecha de género en el acceso a Internet.
Mejorar la infraestructura
Foto de Miguel Á. Padriñán de Pexels
La ausencia de una infraestructura de Internet adecuada, como es el caso de los países en desarrollo, significa que en ciertas partes del mundo la conexión es deficiente o simplemente inexistente.
La introducción de la banda ancha sugería que el problema iba a mejorar, pero, especialmente en las áreas rurales, todo empeoró. El costo de la tecnología y la baja rentabilidad para los proveedores que prestan el servicio significa que ciertas poblaciones simplemente se quedan en el olvido.
La necesidad de encontrar una nueva forma de conectarse es muy obvia y es por eso que proyectos como RightMesh buscan construir otro tipo de red, una que conecte a los usuarios con los dispositivos que ya tienen sin gastar miles de millones en nuevas infraestructuras.
Hacer que Internet sea más asequible
Foto de Maya Anggraeni de Pexels.
Una de las principales barreras, cuando hablamos de la adopción de Internet, son los altos precios de los dispositivos tecnológicos, ya sean teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras portátiles. No es un secreto para nadie que la producción masiva de dispositivos está reduciendo el costo final, pero debemos tener en cuenta que los dispositivos aún son difíciles de obtener en el mundo subdesarrollado.
América Latina, por ejemplo, tiene el nivel más alto de desigualdad de ingresos en el mundo. Para el 40% de la población, el costo de tener un teléfono inteligente conectado se traduce en el 17% de sus ingresos mensuales, mientras que en países como los Estados Unidos y Canadá representa solo el 2%.
Para aliviar este dolor, las recomendaciones más populares entre los expertos son reducir o exonerar los impuestos sobre los dispositivos, ofrecer créditos para comprarlos o otorgar subsidios gubernamentales.
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Entrena a aquellas personas que han quedado atrás.
Foto por Rawpixel de Pexels.
La falta de infraestructura eficiente y el apoyo escaso o nulo para la enseñanza de habilidades digitales impiden que muchos usuarios aprendan sobre los beneficios de la conectividad a Internet.
La solución a este problema es simplemente la educación. Es esencial mostrar a la gente los beneficios, tanto económicos como sociales, que vienen con Internet.
Una mayor conectividad en los lugares más pobres del planeta puede significar que muchas más personas salgan de la pobreza extrema, aprendan a tomar sus propias decisiones, coman de manera adecuada y se liberen para expresar sus opiniones.
Producir contenido relevante
Foto por VanveenJF de Unsplash.
Un estudio reciente de la GSMA en América Latina y el Caribe concluyó que “menos del 30% del contenido en América Latina y el Caribe está en el idioma local. Además, el contenido que se encuentra en las tiendas de aplicaciones y las páginas web de los operadores móviles está relacionado con el entretenimiento en su mayoría. De esta manera, se crea una impresión falsa entre los no usuarios, que Internet es solo una herramienta de entretenimiento, una percepción que oculta la verdadera importancia y el potencial de cambio de estilo de vida que ofrece Internet. "
Para promover la adopción de Internet en lugares como América Latina, es de vital importancia que las aplicaciones y el contenido se traduzcan al idioma local. Además, se debe tener en cuenta la percepción de que los usuarios perderán su privacidad, que los sitios web no son confiables y que la seguridad es mínima o inexistente, ya que tienden a ahuyentar a los usuarios potenciales en ciertas partes del mundo.
Cerrar la brecha de género en el acceso a internet.
Foto por Tim Mossholder de Pexels.
Existe una clara desigualdad entre la capacidad de hombres y mujeres para acceder a la información, el conocimiento y la educación a través de las tecnologías de la información y la comunicación. Según la UNESCO, el porcentaje de mujeres que acceden a Internet es un 12% más bajo que el de los hombres. La mayoría de estas mujeres viven en África y en los países del Medio Oriente.
El esfuerzo por cerrar esta brecha de género recae directamente en los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales que deben trabajar juntos para hacer que el uso de Internet entre la población femenina sea igual al de la población masculina.
En resumen, es claro y obvio que existe un problema importante con la conectividad (o la falta de ella) en el mundo en este momento, más dramáticamente en los países en desarrollo. También es cierto que tomar decisiones finales sobre un problema tan complejo y cambiante no es una tarea sencilla. Sin embargo, no podemos seguir haciendo tan poco como somos. Es imperativo que el mundo, y muy especialmente los gobiernos y las compañías de tecnología de Internet, establezcan las bases y construyan los cimientos que permitan al mundo levantarse juntos.