Después de varios años de dominio del mercado, las ICO han sido reemplazadas por IEO (Ofertas de intercambio iniciales), que presentan las siguientes diferencias:
Los proyectos venden sus tokens recién acuñados a inversores no por su cuenta, sino a través de un intercambio que actúa como intermediario; los proyectos deben satisfacer múltiples criterios;
c) los intercambios someten a los emisores a una estricta selección y verificación (KYC) para minimizar los riesgos de los inversores;
d) También se supone que el intercambio proporciona liquidez: aunque el éxito nunca está garantizado, las posibilidades de alcanzar el Soft Cap (la cantidad mínima de financiamiento que hace posible la implementación del proyecto) son mucho mayores;
e) El token aparece en el intercambio justo después del IEO, resolviendo el problema de la inclusión.
Podría parecer que Iand EO es un triunfo para todos. De hecho, los proyectos obtienen apoyo del intercambio que los ayuda a atraer inversores y enumerar su token, mientras que los compradores enfrentan un riesgo mucho menor de fraude. Sin embargo, el mercado de IEO se enfrenta a un grave problema: los intercambios cobran demasiado por sus servicios. El costo de mantener un IEO en un intercambio líder puede llegar a $ 3 000 000. Los intercambios centralizados ven a los IEO como una fuente importante de ingresos, lo que conlleva dos consecuencias negativas:
1) Muchos proyectos prometedores y de alta calidad no pueden permitirse un IEO y, por lo tanto, no tienen acceso a financiación;
2) Los pequeños intercambios que buscan beneficiarse del auge de IEO acuerdan realizar ofertas de tokens para proyectos dudosos sin un KYC adecuado. Esto desacredita el concepto IEO en sí.
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