blockchain no solo es una tecnología difícil de entender, sino que el problema que trata de resolver, las brechas de confianza, también es difícil de entender. El desafío no está en el concepto de "confianza" en sí, sino en que hay un problema en absoluto: ¿dónde están las "brechas"?
Las brechas de confianza son difíciles de identificar porque la sociedad humana ha trabajado muy duro para eliminarla. La confianza es la premisa básica para cualquier colaboración, sin ella, nadie puede trabajar en conjunto. Durante milenios de civilización humana, hemos creado innumerables mecanismos para garantizar que exista confianza entre las personas y las instituciones para que podamos cooperar. Nuestros sistemas legales, contratos, organizaciones como corporaciones, o incluso unidades sociales básicas como la familia, han evolucionado para garantizar que confiamos unos en otros.
Pero esto no significa que la confianza sea un problema resuelto. A menudo se da el caso de que, antes de que los instrumentos estén diseñados para medir un problema, es difícil reconocer la gravedad o incluso la existencia misma del problema. El manejo del dolor, por ejemplo, era difícil de comprender hasta que se desarrollaron numerosos instrumentos, desde escalas de dolor autoinformadas hasta evaluaciones conductuales para medir la experiencia altamente subjetiva del dolor. La excelencia operativa en la fabricación fue difícil de lograr hasta que se desarrollaron técnicas de medición y observación metódicas en marcos como el proceso Six Sigma para probar y cuantificar hipótesis y anormalidades.
Antes de medir un problema, es difícil entender cómo existe. ¿Cuánto nos cuesta la falta de confianza como sociedad? Todavía no se ha medido sistemáticamente.