Los inversores están integrando cada vez más los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) en las decisiones de inversión con la esperanza de que las empresas sostenibles ofrezcan menos riesgo y un retorno de la inversión a largo plazo. En este contexto, la privacidad y la gestión de datos sigue siendo uno de los problemas más urgentes que enfrentan las organizaciones en la actualidad.
Recientemente, el director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, predijo un "cambio tectónico" entre los inversores hacia empresas centradas en la sostenibilidad, que cree que se está acelerando a una velocidad aún mayor como resultado de la pandemia Covid-19. Como el administrador de dinero más grande del mundo, BlackRock tiene un inmenso poder para impulsar los mercados, sin embargo, no están solos: la mayoría de los grandes bancos de inversión creen que invertir en empresas sostenibles es el futuro, una medida que también ayuda a mitigar el riesgo en tiempos de incertidumbre.
Con el aumento de la inversión sostenible, el riesgo de violación de la privacidad y los datos aumenta, ya que estas inversiones relativamente incipientes pueden no tener protocolos de gestión de datos efectivos. Es por esa razón que la próxima gran tendencia para unirse a la inversión sostenible será la privacidad y la gestión de datos.
Cuando los inversores analizan las empresas en las que piensan invertir, realizan revisiones exhaustivas de las finanzas de las empresas, los procesos internos y externos, los procedimientos de contratación, los protocolos de gestión de datos, el cumplimiento de la posición de mercado con las regulaciones como GDPR y CCPA; la lista es interminable. En un momento en el que los ataques cibernéticos y las violaciones de datos ocurren con más frecuencia que nunca, garantizar que se implementen salvaguardias efectivas en la gestión de datos es crucial para el desempeño de una empresa, especialmente una que probablemente reciba una mayor inversión. Las empresas de inversión deben discernir cómo la organización protege su sistema contra un ataque o fraude. La forma en que una organización protege sus datos contra tales ataques podría diferenciarlos como un desperdicio de una inversión, o como una empresa que genera altos beneficios con la sostenibilidad en su núcleo.
Al integrar nuevas medidas como la tecnología de mejora de la privacidad (PET) y las soluciones de identidad descentralizadas, las organizaciones pueden mantenerse a la vanguardia y, al hacerlo, aumentar el atractivo, la ventaja competitiva y las fuentes de ingresos. Indudablemente, estas ventajas pueden ser disfrutadas por las empresas sostenibles, pero también por aquellas que buscan mejorar su posición en el mercado mientras se ponen al día con las empresas centradas en ESG, ahora más populares que nunca. La popularidad de las inversiones sostenibles pronto podrá superar a la de las empresas que no pueden poner la sostenibilidad a la vanguardia de sus objetivos comerciales, lo que significa que estas empresas ahora deben encontrar otras formas de seguir siendo competitivas y atractivas para los posibles inversores. Mantener procesos de gestión de datos líderes en la industria puede ser de gran ayuda con esto.
Asegurar procedimientos integrales de gestión de datos también es económicamente beneficioso para las empresas que buscan una ventaja sobre sus competidores: según un informe completado por el American Ponemon Institute en 2020, el costo promedio de una violación de datos fue de $ 3.86 millones. Este costo, junto con el impacto en el precio de las acciones de una empresa, podría ser devastador para muchas empresas que buscan maximizar su posición. La protección de estos procedimientos también facilita garantizar el cumplimiento de normativas como el RGPD, cuyas infracciones traen consigo importantes implicaciones financieras. Por ejemplo, Google recibió una multa de 57 millones de dólares en 2018 por una infracción del RGPD, lo que obligó a la empresa a modificar sus procesos de gestión de datos. La conclusión es que la gestión eficaz de los datos marca una diferencia significativa no solo en la rentabilidad de una empresa, sino también en la reputación. Esto es similar a las preocupaciones sobre la reputación que sufren las empresas que ignoran la sostenibilidad: el daño a la reputación cuesta dinero.
IDC predice que para el año 2025, se crearán 175 billones de gigabytes de nuevos datos en todo el mundo. Con cada vez más personas trabajando desde casa, lejos de la protección de datos, a menudo mayor, que ofrecen los servidores físicos en la oficina, los datos de la empresa estarán en un riesgo mucho más significativo que antes en los próximos años. A medida que el trabajo híbrido y la computación en la nube se conviertan en la norma, surgirán vulnerabilidades y, con ellas, los piratas informáticos también. La investigación ha demostrado que cuanto mayor es la cantidad de datos en juego, mayor es la cantidad de piratas informáticos que existen. Los malos actores seguirán siendo una característica del ecosistema de datos, pero las medidas preventivas son viables y alcanzables. Empresas de todas las industrias; desde inversiones sostenibles y banca de inversión, hasta blockchain, atención médica y comercio, pueden mejorar su posición en el mercado mediante la adopción de tecnología que mejora la privacidad y soluciones de identidad descentralizadas para garantizar que se minimice el riesgo de violación de datos.